Un proyecto de ambientes que se comunican entre sí, con una cuidadosa planificación para que todas las estancias miren al bello jardín.

La antigua construcción que servía para el mantenimiento de la residencia principal en esta gran vivienda ha pasado, con la reforma llevada a cabo por DOM Arquitectura, a funcionar como una casa de invitados. El proyecto, liderado por el arquitecto Pablo Serrano, ha concebido un programa donde las áreas de día y las de noche se funden entre ellas y, en particular, con el paisaje. Una concepción de espacio abierto muy funcional y confortable

Originariamente esta edificación servía como espacio residual, como caseta destinada al mantenimiento de la residencia principal. Los propietarios decidieron darle un nuevo uso como casa de invitados, aunque la reforma contaba con una importante exigencia: el volumen existente no se podía modificar. Primero se rehabilitó la construcción, dotándola de una cubierta con aislamiento e impermeabilización actuales y, posteriormente, hizo lo mismo con las fachadas y el espacio interior.

“Teníamos el condicionante del volumen exterior y alguna de las paredes interiores, pero hicimos nuevas aperturas de puertas y ventanas y conseguimos adaptar el volumen al proyecto y el proyecto al volumen”, cuenta Pablo Serrano.

“Al ser una vivienda para una sola persona o una pareja durante un tiempo reducido –continua–, sin duda la opción de comunicar todas las zonas nos pareció que resultaba la más agradable. Los invitados tienen autonomía total en su estancia respecto a los propietarios. Pueden cocinar, preparar barbacoas, lavar la ropa, encender la chimenea… Todo eso es lo que se pretendía: independencia y autonomía total de los visitantes respecto de la familia”.

La premisa sobre la que se comenzó a diseñar el nuevo espacio habitable fue que el interior se abriera al exterior para poder disfrutar de las vistas al gran jardín. Ahora, las cuatro fachadas de la vivienda cuentan con aperturas, ya sean puertas o ventanas. Pero, además, el porche goza de la mejor perspectiva de toda la casa para ver la puesta de sol, así que los propietarios suben algún día aquí a ver cómo cae la noche.

“La cubierta se ha prolongado con una nueva pérgola de mimbre con estructura de hierro, lo cual ha permitido alargar la terraza. De este modo, los visitantes están más en contacto con el jardín, la naturaleza y el huerto”, detalla Pablo. En este ambiente se puede disfrutar confortablemente del exterior hasta en los días más fríos del invierno, dado que también se ha instalado una mesa brasero que proporciona calor.

Con el objetivo de garantizar un buen confort térmico, los acristalamientos son de Climalit. Además, gracias a las contraventanas se gestiona muy bien la entrada de luz y del aire.

En esta imagen vemos un detalle de la pérgola de mimbre que, aparte de proporcionar sombra, también favorece un espacio interior y exterior más íntimo. La instaló el paisajista Pablo Carroggio.

El interior se ha abordado prácticamente como un solo espacio, sin apenas divisiones ni puertas separadoras. El salón, la cocina y el pequeño comedor forman el ambiente principal, que se comunica con el dormitorio y el baño.

Los sistemas de calefacción de la casa son, por una parte, radiadores y, por otra, la chimenea con salida de aire también hacia el dormitorio. Es de leña y se puede dejar tanto con la puerta abierta como cerrada.

El dormitorio es un privilegiado rincón asomado al jardín. Su ventanal se diseñó a modo de espectacular mirador al verde exterior, por lo que se decidió no cubrirlo con cortinajes ni estores que ocultaran el paisaje. Sin embargo, tal y como revela Blanca, “la cristalera cuenta con un sistema foscurit que funciona con mando a distancia para evitar la entrada de luz cuando se desea dormir”.

Un ventilador de techo muy silencioso se ha incluido en este ambiente para refrigerar la habitación en los días más calurosos del año. Éste ayuda también a ventilar el espacio, dado que la ventana es fija.

En general, como la casa tiene ventanas a los cuatro vientos es fácil conseguir una buena temperatura, gestionando bien la circulación de aire y abriendo o cerrando las contraventanas, pues todas cuentan con lamas de librillo móviles.